Madrid, Madrid…

Lo que une esta ciudad, que no lo separe nadie. En 2015 llegué a esta capital, que me acogió con los brazos abiertos. Gracias a ello, he podido ser testigo de maravillosas historias, como esta preboda que os vengo a contar a través de mi objetivo.

Quién les iba a decir a Juan y a Fer que Sevilla y Costa Rica iban a encontrarse en el centro de Madrid. Que sus calles, su luz de atardecer y el Templo de Debod iban a comenzar a fraguar este amor tan especial.

Recorrer las estrechas calles de Malasaña, cruzar unas cuantas veces los pasos de peatones de Gran Vía, jugar en una de las esquinas de la Plaza Mayor o terminar descalzos en los jardines del Templo de Debod fueron algunas de las pequeñas aventuras que pasamos en esta tarde tan divertida que no puedes perderte, por lo que dale al play y empieza a deslizar hacia abajo!

Juan, Fer: sois seres de luz. Gracias por hacerlo tan fácil y por demostrar tanta verdad delante de la cámara.