Cantabria Infinita.

Infinito su verde, su atmósfera, su energía, sus atardeceres… 

Infinito el mar Cantábrico.

Como nos pasa a muchos, la costa nos recompone. Es sanadora. Concretamente la costa de Cantabria tiene algo que hace que tenga que volver año tras año, huyendo de un Madrid frenético que te absorbe en su vorágine. Lo llaman «desconectar», pero para mí es justo lo contrario: creo que nunca estoy más conectado que cuando veo el mar.

Esta sesión de pareja con Ari y Paúl (la tilde en la U es importante y hace que su nombre no se diga como en inglés «Pol») tiene un poco de todo lo que me conecta con el Norte: un atardecer en la playa, un paseo con la brisa del mar acariciando tu cara, una entorno que te abraza, te reconforta y transporta tu mente a un mundo en el que todo está bien.

Todo esto son Ari y Paúl. Es un lujo poder decir que, además de ser una pareja llena de luz, son mis amigos. Gracias por confiar en mí para estas fotos y como ya sabéis, siempre nos quedará Cantabria.